En América Latina y El Caribe existe una evidente relación desigual entre la representación política a nivel nacional y la composición etaria de la sociedad. Este fenómeno, aunque no es exclusivo de la región, sí se manifiesta de manera más sensible en esta parte del mundo; mientras el 26% de la población en América Latina y el Caribe tiene entre 15 y 29 años (con tendencias a crecer más o menos aceleradamente en los próximos años, según el informe del UNFPA «El estado de la población 2014») la representación de las juventudes es marginal al igual que la de las mujeres.

 

Por Pablo Gago y Aleida Patarroyo

 

Foto: Juventud con Voz.

 

En América Latina y El Caribe existe una evidente relación desigual entre la representación política a nivel nacional y la composición etaria de la sociedad. Este fenómeno, aunque no es exclusivo de la región, sí se manifiesta de manera más sensible en esta parte del mundo; mientras el 26% de la población en América Latina y el Caribe tiene entre 15 y 29 años (con tendencias a crecer más o menos aceleradamente en los próximos años, según el informe del UNFPA «El estado de la población 2014») la representación de las juventudes es marginal al igual que la de las mujeres.

 

En el contexto mundial, el 90% de los parlamentarios son mayores de 40 años, y sólo el 1,65% tienen entre 20 y 29 años, pero con una composición poblacional distinta en la que, como en el caso de Europa, la población joven no supera el 18%. La asimetría se pone en evidencia al considerarse que el comportamiento es similar en América Latina y El Caribe, donde los representantes parlamentarios menores de 30 años son incluso ligeramente menos, con tan sólo una representación del 1,63% (hombres y mujeres).

 

Juventud con Voz

 

En este contexto, el PNUD viene apoyando iniciativas orientadas a visibilizar y posicionar la diversidad de los grupos y redes juveniles, y a resaltar la diversidad de realidades que enfrentan en el día a día jóvenes de la región, con el fin último de facilitar una mayor conciencia en torno a la desigualdad persistente y a la necesidad de adoptar leyes y políticas públicas con un enfoque de ciclo de vida y de equidad intergeneracional y de género que atiendan las distintas especificidades y necesidades que demandan las y los jóvenes de la región.

 

En los Encuentros Regionales de Jóvenes Parlamentarios, promovidos por el PNUD y Juventudconvoz , realizados en Brasil y Colombia durante los dos años anteriores, los jóvenes han manifestado propuestas como: Implementar reformas legales que impliquen acciones afirmativas en los parlamentos y en las organizaciones políticas, que guarden el principio de la paridad de género, así como la consolidación de Comisiones de Juventud en los Parlamentos y /o grupos parlamentarios que impulsen la elaboración, debate y sanción de leyes transversales y generacionales desde una perspectiva juvenil, atendiendo a la lógica legislativa, e incentivar medidas afirmativas a favor de la participación política de las mujeres, jóvenes y también de las minorías étnicas.

 

En la Declaración de Brasilia los jóvenes lideres, políticos y parlamentarios, incluyeron la promoción de la participación de los jóvenes para la conformación de listas electorales, tomando en cuenta características tales como: identidad de género, poblaciones indígenas y afrodescendientes. Se consideraron incluso incentivos adicionales a los partidos políticos que decidan incorporar jóvenes en lugares destacados en sus listas; económicos, de comunicación, difusión u otros.

 

En el mismo sentido, plantearon la promoción en el reglamento electoral de los países, de la incorporación de jóvenes a través de cuotas así como respetar y hacer cumplir la participación de las mujeres… «a través de cuotas y democracia paritaria. A su vez, establecer evaluaciones de la aplicación de estas políticas afirmativas y establecer sanciones para quienes no las cumplan», dice expresamente la declaración.

 

Ser joven y ser mujer

 

En 2013, el PNUD realizó un relevamiento de información sobre la representación juvenil en los parlamentos de la región. Al considerar los representantes menores de 30 años, se verifica un total de 68 representantes hombres (2,7% del total) y 32 representantes mujeres (1,30%) menores de 30 años en los 25 parlamentos estudiados de América Latina y el Caribe. Entre ellos se destacan Ecuador, Chile y Honduras con porcentajes superiores al 5%. Al considerar los parlamentarios menores de 40 años, hay un total de 397 representantes hombres (15,28% del total) y 162 representantes mujeres (6,48%) en los parlamentos relevados.

 

Pero más allá de los números, las jóvenes enfrentan más dificultades para participar por su condición de mujeres y de jóvenes.

 

Raquel Lyra, diputada de Pernambuco en Brasil, nos compartió que «cuando yo hice la primera campaña, la hice con mi hijo de dos meses y a los hombres les parecía absurdo que yo hiciera campaña teniendo un niño pequeño, y esto fue un escándalo y una forma de romper paradigmas porque en el parlamento de Brasil, las mujeres que entran a la política lo hacen ya con hijos grandes y con edades entre los 50 y 60 años y después de mucho esfuerzo para poder llegar allí…»

 

En Pernambuco hay actualmente 5 mujeres parlamentarias de 49 diputados en Brasil. «Los hombres en mi país ven en la participación de las mujeres jóvenes un obstáculo político, porque dicen que estamos en la edad fértil … en la política el machismo es muy fuerte, las jóvenes tienen un doble reto: mostrar que tienen capacidad siendo jóvenes, y otro más, por ser mujeres».

 

Por su parte, Verónica Maccio del Partido Nacional de Uruguay (quien hace parte de sus órganos de dirección), y participó del hangout sobre jóvenes y participación electoral, comentó cómo al interior de los partidos políticos sigue siendo una labor titánica abrirse espacio en la política, y cuando se es mujer y joven, la tarea es bastante dura. «En la política como en todo hay obstáculos, pero es muy importante motivar cada vez más a los jóvenes hombres y mujeres a participar y a involucrarse y hacerles entender a los demás que la política los afecta en su vida cotidiana y que ellos pueden hacer parte del cambio para sus países».

 

Si bien los porcentajes relativos crecen significativamente, se mantiene una asimetría en la presencia de jóvenes legisladores mujeres y hombres. Si esta tendencia logrará cambiarse logrando una mayor participación y representación de las juventudes y sus diversidades, seguramente estaríamos dando un paso muy significativo en la construcción de una renovada democracia, más incluyente y más participativa.